martes, 25 de enero de 2022

Cómo promocionar un lanzamiento y vender tu música, Parte 1.

 El lanzamiento y la venta de tu música requieren mucha planificación y producción. En esta serie de entradas del blog desglosamos todo y te ofrecemos un plan para alcanzar el éxito.

Antes de lanzar un álbum completo o un nuevo single (o tres), tómate el tiempo necesario para mirar al futuro, hacerte preguntas importantes y elaborar un plan para que tu lanzamiento tenga la mejor oportunidad de ser escuchado por el mayor número de personas. Si te diriges a los fans actuales y a los nuevos oyentes, podrás aumentar tu base de fans y crecer como artista.

 Cómo promocionar un lanzamiento, Parte 1: La fase de planificación:


Abarca el tiempo que transcurre desde que has completado las mezclas finales, las has registrado en tu respectiva organización de derechos de ejecución y has registrado los derechos de autor de tu obra.
Esta fase consta de tres objetivos principales:

1.- terminar tu música
2.- finalizar tus activos creativos
3.- establecer un plan básico para el calendario de lanzamientos

 Comprender lo que hay que hacer durante esta fase ayudará a que tu lanzamiento tenga éxito a largo plazo.


Terminar tu música.
Supongo que ya has "terminado" tu tiempo en el estudio y estás terminando las mezclas finales, pero para terminar realmente tu música, debes determinar cómo vas a publicar este proyecto.

.- ¿Será un lanzamiento sólo digital disponible en servicios de streaming o Bandcamp?

.- ¿Está contratado y cuenta con el apoyo y los recursos de alguna discográfica?

.- ¿Estará disponible en CD, vinil o en casete, y qué tipo de embalaje utilizará?

.- ¿Lo lanzarás como un NFT o como una colección?

.- ¿Será una combinación de todo lo anterior para que sea un lanzamiento físico y digital?

Tus decisiones dependerán del presupuesto, el tiempo entre la finalización de las grabaciones, el plan de marketing más amplio y tu visión artística general.



Masterización:

Una vez que hayas determinado tus planes de lanzamiento, querrás asegurarte de que tu música esté masterizada para que los oyentes la escuchen tal y como pretendes que suene, independientemente de cómo la consuma un aficionado. La masterización ayudará a garantizar que la música suene igual, ya sea a través de Spotify en audifonos, en un CD en un carro o en un sistema estéreo de alta gama.

Puedes encargar la masterización de tu música a un ingeniero de mastering de tu propio entorno o a una herramienta de masterización automática cargada de algoritmos disponible en línea. Dependiendo del método que elijas, el tiempo que te llevará y la cantidad que te costará pueden variar. Te recomiendo que trabajes con expertos en la materia.

Finaliza tus activos creativos.

Una vez que hayas determinado tus planes de lanzamiento y distribución, puedes empezar a diseñar las ilustraciones del álbum, las ilustraciones de los sencillos, la mercancía, las actualizaciones de la web y los perfiles sociales, y todo lo demás. Durante el proceso de composición y grabación, es probable que se te hayan ocurrido temas e ideas sobre el significado de la música, las historias que cuenta y la representación visual que te gustaría que acompañara a la música.

Los componentes iniciales de las ilustraciones de la portada, los vídeos (vídeos musicales oficiales, vídeos de letras, instrumentales, vídeos de remezclas, etc.), las fotos de prensa y otros componentes visuales que se utilizarán en las publicaciones sociales, los boletines de noticias por correo electrónico y los anuncios digitales o impresos se pueden capturar mientras trabajas en la grabación de tu álbum en el estudio y durante este tiempo de planificación.



Diseño de la portada de un álbum/sencillo.

Crear una portada cautivadora para tu lanzamiento es importante. Quieres captar la atención de los oyentes, transmitir tu historia o mensaje y crear una identidad única que te ayude a diferenciarte, todo ello de un vistazo. Trabaja con un diseñador gráfico que tenga un ojo creativo y sepa aprovechar el espacio limitado.

Puede que seas un artista visual además de un artista musical y puedas encargarte de conceptualizar y diseñar tus propias portadas, diseños de merchandising y diversas imágenes que necesitarás para tu lanzamiento. Pero si no lo eres, puedes encontrar profesionales con talento en sitios web, utilizar tus propios contactos, relacionarte a través de las redes sociales o utilizar servicios de diseño profesionales como los que ofrece Digital Media.

La portada de tu disco será la punta de lanza de tu marca y te ayudará a atraer a más oyentes y fans.

Contenido de vídeo.

Dependiendo del tipo de vídeo que quieras crear, hay diferentes métodos que puedes utilizar, pero es importante crear un contenido que encaje con tu marca y cautive a la audiencia. También es una buena manera de promocionar tu música en múltiples canales mientras cuentas tu historia, diferenciándote de otros artistas y creando oportunidades de promoción adicionales.

Como mínimo, considera la posibilidad de crear un vídeo musical "oficial" y un vídeo lírico o instrumental que lo acompañe, dependiendo de la canción. Si puedes grabar versiones acústicas, hacer que otros artistas versionen tu canción o colaborar con otros medios para crear contenido adicional, puedes crear más oportunidades para que nuevos oyentes descubran tu música y más contenido para compartir con tus fans.

Siguiendo el espíritu del bricolaje, una vez que hayas determinado el tipo de vídeo que vas a crear, puedes conceptualizarlo, planificarlo, producirlo, dirigirlo y editarlo tú mismo, lo que lleva tiempo pero te ahorra dinero. Esto tiene mucho sentido a la hora de crear contenidos para las redes sociales, pero también puedes trabajar con personas creativas que conozcas o conectar con creadores de contenidos a través de las redes sociales y el correo electrónico. También puedes utilizar recursos en línea para presentar tus ideas a los directores o buscar recursos para crear vídeos líricos, instrumentales y oficiales de bajo presupuesto o gratuitos (Show.co y Canva, por ejemplo). Al igual que muchas otras decisiones en la planificación de tu lanzamiento, estas opciones se reducen al presupuesto, el tiempo y la visión.




Otros activos.

Asegúrate de que tu sitio web, perfiles en las redes sociales, perfiles de streaming,  marca para los correos electrónicos, los anuncios digitales e impresos y otros canales de comunicación estén actualizados para que coincidan con el nuevo lanzamiento y creen una personalidad coherente en todas las plataformas y canales. Actualiza las fotos de los perfiles y las imágenes de los banners con nuevas fotos e imágenes para que tus seguidores se entusiasmen con el nuevo lanzamiento. Estas imágenes deben coincidir con el tema y pueden informar a la gente de cuándo saldrá el lanzamiento, dónde estará disponible y otros lugares donde la gente puede encontrarte y conectar contigo en línea. También podrás utilizar estos activos para crear campañas publicitarias digitales a través de Google y Facebook (de las que hablarmos más adelante) y campañas impresas, además de compartirlas orgánicamente a través de tus perfiles sociales y por correo electrónico.


Continuaremos...






sábado, 22 de enero de 2022

¿Mas apariencia que convicción? Mucha gente compra vinilos pero ni siquiera los escucha.

 Hace tiempo que los vinilos volvieron a ponerse de moda, y ese nuevo impulso a una industria que parecía abandonada ha hecho que grandes y pequeños artistas vuelvan a adoptar este formato -algunos incluso van más allá y crean hasta cassetes- de forma realmente notable.



Suenen o no mejor -aquí es imposible obtener una respuesta definitiva- lo cierto es que la compra de vinilos se ha animado, pero un estudio de la BBC revela algo curioso: buena parte de aquellos que compran vinilos no tienen ninguna prisa por escucharlos. Algunos ni siquiera pueden: no tienen ni tocadiscos para hacerlo.

Bienvenidos al consumo decorativo

Según la encuesta realizada por ICM por encargo de la BBC, el 48% de los compradores indicaron que no escuchan los vinilos que se compran ni siquiera un mes después de haberlo hecho. El dato más singular, no obstante, es que algunos se lo compran por coleccionismo -o quizás por mera apariencia ante el resto- ya que el 7% de los compradores ni siquiera cuentan con un tocadiscos con el que reproducir esos vinilos.

Vinilos

Un estudiante, de Manchester, explicaba que "tengo vinilos en mi habitación, pero son más para decorar. Ni siquiera los reproduzco". Lo curioso del caso es que esa nueva vertiente de consumo "decorativo" parece estar funcionando: las ventas de vinilos crecieron un 64 % en 2021.

¿Por qué han renacido los vinilos?

Aunque uno de los principales motivos señala a la exigencia de los consumidores, muchos apuntan a que el resurgir del vinilo se debe a la nostalgia. Las ventas llevaban en descenso desde 1988, habiendo sido sustituido por el CD primero y por el MP3 más tarde.

Sin embargo, muchos otros creen que este renacer se debe al ‘postureo’*. Es decir, que en ocasiones se trata más de una pose de cara al resto que de una acción por gusto propio.

El vinilo invita al coleccionismo, lo que significa mayor número de adquisiciones pero, por ahora, el precio sigue siendo bastante más elevado que el de cualquier otro formato.

La comodidad del CD no la tenemos con los vinilos, mucho menos práctico en la reproducción.

Los vinilos sufren más que los CDs, por lo que se acaban desgastando con el tiempo.




martes, 18 de enero de 2022

La industria musical: de los discos de oro a las descargas digitales.

La mayoría de analistas marcan el año 1999 como el momento preciso en el que la industria musical cambió para siempre. Después de décadas comprando música en formato físico (desde los cartuchos de 8 pistas de los sesenta hasta los compact discs de los noventa), tres letras revolucionaron todo: www. La llegada de Internet abrió un mundo nuevo en la comunicación y en el consumo. Un mundo intangible, desarrollado en el espacio virtual. Intocable y a la vez al alcance de todos. La red se convirtió en el lugar de encuentro para quienes querían compartir conocimiento y contenidos de manera libre. Y la música era un contenido muy demandado por los nuevos usuarios de Internet. 


60s, 70s y 80s: la prehistoria de la industria musical

Antes de llegar al momento de hoy en día, donde todo está a un click de distancia, tuvieron que pasar décadas de diversos dispositivos para escuchar música y continuos viajes a la tienda de discos para comprar. Si durante los cuarenta y cincuenta la música salía mágicamente por una caja llamada radio, con la llegada de los cartuchos de 8 pistas la forma de escuchar canciones cambió radicalmente. El sencillo sistema de una cinta magnética que no dejaba de girar pasó a ser un artículo de éxito comercial a partir de 1964, cuando Ford incluyó en sus coches un reproductor de este tipo de cartuchos.

Y mientras en los coches se disfrutaba de los 8-tracks, en casa los tocadiscos hacían sonar los famosos elepés (LP, long play), discos de larga duración movidos a 33 revoluciones por minuto y con 20-25 minutos de música en cada cara del vinilo. Entre 1950 y 1980 los LP fueron el formato predominante para publicar música grabada. Sin embargo eran muy frágiles, y había que tener cuidado de no rayarlos. A principios de los ochenta las cintas de cassette destronaron a los LP. En el siglo XXI su recuerdo se ha recuperado con cierta nostalgia, y son muchos los que prefieren comprar música en vinilo. 

Los discos de vinilo fueron el formato original en el que se publicaron algunos de los álbumes más importantes, con ilustraciones para la portada que ya han pasado a la historia de la cultura, como el famoso The Dark Side of the Moon, de 1973. Muchas veces, en el interior de esas finas carpetas de cartón no solo había un disco de vinilo, sino también un cuadernillo con las letras de las canciones.

La evolución técnica hizo que una nueva forma de albergar la música llegara al mercado de manera masiva. Aunque la empresa Philips las desarrolló por primera vez en 1962, las cintas de cassette se popularizaron a partir de 1978. Durante los ochenta fueron el medio predominante para consumir música. Albergaban dos programas de dos canciones cada uno, dispuestos en dos caras (cara A y cara B). Para pasar de una cara a otra había que extraer la cinta del reproductor de cassettes y volver a meterla dándole la vuelta. Hoy en día parece una incomodidad, pero en su época era la tecnología más moderna.

Era popular rebobinar las cintas de cassette con un bolígrafo.

En 1979 Sony sacó al mercado el walkman, que permitía reproducir cassettes en cualquier lugar. La música salía a la calle y millones de jóvenes se lanzaron a comprar walkmans y cassettes. Famoso es el litigio que Sony tuvo con Andreas Pavel por los derechos de creación de reproductor de música portátil.

Las cintas de cassette son uno de los símbolos de los años ochenta, y se consumieron también durante gran parte de los noventa. En la actualidad, han revivido de la mano de la banda sonora de la película Guardianes de la Galaxia. En 2016 se vendieron en Estados Unidos 129.000 cintas de cassette. 

1990: el pasado de la industria discográfica

Hubo una época en la que, para escuchar una canción favorita, tenías que comprarte un disco entero. Seguramente ocho o nueve de las doce canciones que tenía aquel CD no eran del interés del usuario, pero no había forma de escuchar únicamente una canción. La creación de listas de reproducción diseñadas por cada consumidor aun quedaba lejos.

La idea del disco compacto (CD, compact disc) nació de la colaboración entre Philips y Sony, gigantes tecnológicos que llevaban décadas trabajando en mejorar la forma de albergar música. En 1982 comenzaron a comercializarse los primeros CDs, y en 1984 se lanzó al mercado el discman (como el walkman para cassettes, pero esta vez para CDs). Las cintas magnéticas daban paso a la tecnología digital para contener pistas de audio. La calidad de la música consumida aumentó considerablemente. En 1992 los CDs ya vendían más que los cassettes y los vinilos combinados. Ese año Nevermind de Nirvana llegó al número uno en la lista ‘Billboard 200’, como el álbum más vendido. Una nueva época había comenzado para la música.

Si los 8-tracks y los cassettes habían utilizado la cinta magnética para grabar el sonido, los compact discs utilizaban discos ópticos sobre los que un rayo láser grababa la música. De la misma manera se desarrollaron los DVDs (1995) y el Blu-ray (2002). Los compact discs suponían un sistema de grabación digital de sonido, por lo que era de una mayor calidad. 

Los CDs se consideran el último formato de la llamada «Era del álbum». Muchos críticos musicales y analistas hablan de esta época para referirse al periodo entre 1960 y principios de los años 2000, cuando el álbum fue el formato principal a la hora de consumir música (en diferentes formas físicas: vinilo, cassette, compact disc…). En la actualidad podríamos hablar en contraposición de la «Era del single«, por ser este el objeto musical de consumo más extendido. 

1999: el año en el que llegó el futuro

En 1999 la venta de discos alcanzó su máximo histórico, con 600 millones de personas en todo el mundo comprando al menos un álbum en formato físico. La industria discográfica gozaba de buena salud, y encadenaba varios años de aumento en las ventas. Se calcula que ese año se generaron 40.000 millones de dólares en venta de discos. El CD era el rey y las tiendas de discos estaban llenas. Los noventa habían sido geniales para la industria.

Pero 1999 también fue el año en el que nació Napster, una palabra que resuena hoy en día en las cabezas de muchos empresarios, productores y creadores y se aparece en sus pesadillas. Napster fue el primer servicio que permitió compartir y descargar música en formato mp3 en Internet. Sin duda era un Internet arcaico y no masificado, pero para 2001 la web ya tenía 26 millones de usuarios activos, descargando música de manera gratuita e ilegal. Una auténtica revolución.

Rápidamente las discográficas y varios grupos (entre ellos Metallica) demandaron a Napster por violar los derechos de autor. Los creadores de la web se defendieron alegando que ellos únicamente habían creado una plataforma, una herramienta, y que eran los usuarios quienes estaban compartiendo de manera libre la música. Aun así, la sentencia condenó a Napster a pagar una multa millonaria y la web cerró en 2002. Pero Internet era un hábitat salvaje, y no se pueden poner puertas al campo. Rápidamente surgieron decenas de plataformas de intercambio de contenidos: LimeWire (2002), eMule (2000), Audiogalaxy (2002), eDonkey (2006), Gnutella (2000), Kazaa (2001)… Entonces se desató una guerra continua entre las discográficas y organismos de la industria musical contra las miles de webs que, en cada país del mundo, se iban creando mes tras mes. La Recording Industry Association of America (RIAA) consiguió hacer cerrar algunas de ellas (LimeWire, eDonkey…), pero la victoria en algunas batallas no significó el fin de la guerra. La piratería y la descarga ilegal de música iba a ser el principal problema del sector durante el siglo XXI.

Ante este panorama de anarquía en el espacio virtual y con la venta de discos en rápida y continuada caída (de los 40.000 millones de dólares generados en 1999 se pasó a apenas 10.000 millones en 2009), algunos optaron por idear nuevas -y legales- formas de compraventa de música. En 2007 el grupo Radiohead colgó su disco In Rainbows en Internet con la opción de descargarlo gratuitamente o haciendo un pago voluntario de la cantidad que el usuario estimara oportuna. El álbum se descargó 1,2 millones de veces, pero únicamente un tercio de los usuarios decidiendo pagar. El importe medio de aquellos que pagaron fue de 2,90 dólares. El público se había acostumbrado a no pagar por la música.

El almacenamiento de música también vivió una revolución cuando Steve Jobs presentó en octubre de 2001 un nuevo dispositivo: el iPod. En la primera década del siglo XXI esta fue la herramienta más popular en el mundo para escuchar música. A finales de 2010 se habían vendido 275 millones de unidades. A unos cien euros por dispositivo, el negocio le salió redondo a Apple. El primer iPod tenía diez horas de autonomía y podía albergar mil canciones.

Con la masificación de los smartphones entre la población, el uso del iPod pasó rápidamente a perder su sentido: los teléfonos móviles ofrecían ya las mismas posibilidades y herramientas que los reproductores de música. Desde 2014 Apple no ofrece datos de ventas de los iPods.

2001 la compañía de la manzana estrenó iTunes, una plataforma legal de descarga y compra de música. Para el año 2013 iTunes tenía 500 millones de usuarios, que habían descargado 25.000 millones de canciones a nivel global y gastaban una media de 40 dólares al año. Una auténtica revolución en la industria musical. Por primera vez se ofrecía la posibilidad de que la gente, de manera masiva y legal, comprara música, canción a canción, creando sus propias listas de reproducción y transportando esa música en distintos dispositivos físicos (ordenador, reproductor mp3, teléfono móvil…).

2014: el año en el que llegó el presente

La revista Billboard revolucionó su famosa lista ‘Billboard 200’ en el año 2014 para incluir las ventas de sencillos a través de las descargas digitales y las reproducciones en streaming. Estas dos nuevas formas de consumir música se sumaba a la venta de música física (principalmente CDs y vinilos) para conformar una industria heterogénea en las posibilidades disponibles.

Durante décadas sólo se pudo consumir música física en formatos distintos (8 pistas, vinilos, cassettes, CDs). Ahora, en el presente, ya es posible consumir música sin soporte físico. Por ello las ventas de álbumes han caído enormemente. Esta nueva realidad ha cambiado de manera radical la industria musical, y las históricas listas de álbumes más vendidos han tenido que cambiar su nombre por «álbumes más populares». Organismos certificadores como la RIAA estadounidense o revistas como Billboard han adoptado una metodología basada en la «unidad equivalente a álbum» para seguir contabilizando de manera ordenada la música que se consume. Ahora, las descargas digitales (legales) y las reproducciones por streaming se equivalen a las ventas físicas de la siguiente manera: 10 descargas equivalen a un álbum vendido, al igual que 1500 reproducciones. Es una metodología arriesgada, pero necesaria para poder registrar el estado de la industria.

Estos cambios se basan en una realidad innegable. En 2014, Uptown Funk fue la primera canción reproducida más de dos millones de veces en una semana, algo que se repitió durante diez semanas consecutivas. En septiembre de 2014 la banda irlandesa U2 hizo un trato con Apple para publicar de manera gratuita su álbum Songs of Innocence en iTunes. En ese momento 500 millones de usuarios de la plataforma musical pudieron escuchar las canciones de U2 sin comprar el disco. A cambio Apple prometió 100 millones de dólares al grupo. Cambios en las formas de consumo que el público y los usuarios no cuestionan y han interiorizado y normalizado.


En 2017, en Estados Unidos, la venta de CDs y vinilos produjo más ingresos ($1.500 millones) que las descargas digitales ($1.300 millones). Sin embargo, nada comparado con lo que la industria musical ingresó gracias al streaming: $5.700 millones. Pero, ¿en qué consiste realmente el streaming? La palabra inglesa se traduce al castellano literalmente como «transmisión»,  y en el ámbito de la industria musical hace referencia a todas aquellas canciones escuchadas a través de la red de Internet sin necesidad de descargarlas. Los consumidores de música a través de streaming no poseen canciones o álbumes, no los han comprado ni los han descargado. No los tienen en sus estanterías como CDs o vinilos ni en sus ordenadores o reproductores como archivos mp3. Pero los tienen a su disposición en línea, constantemente, para escucharlos una y otra vez. Es una manera legal de consumir música, y los creadores y grupos ingresan dinero por cada reproducción en streaming.

Álbumes enteros y millones de canciones están disponibles en las plataformas de streaming, muy populares en la actualidad y con un público creciente. Con la red de Internet extendida por muchos países del mundo, la cantidad de personas con opciones de escuchar música en streaming es enorme. Ni siquiera se precisa un ordenador en casa: basta con tener un teléfono móvil conectado a Internet. El siguiente paso es descargarse una plataforma de streaming y comenzar a escuchar la música que uno quiera. Spotify es posiblemente el servicio más popular del mundo hoy en día para consumir música por streaming, si bien en Estados Unidos tiene más usuarios el servicio de streaming de Apple.

Esta nueva manera de concebir el consumo de música, sin necesidad de tener que comprar discos ni descargarse canciones, parece haber encantado al gran público. En la actualidad no hay duda de que el streaming es la forma que más ingresos produce a la industria musical, y ha obligado a empresas discográficas, productores, empresarios, artistas y grupos a adaptarse a la nueva era.

Hay algunos que han tratado de resistirse a la dictadura del streaming. Taylor Swift eliminó su música de Spotify diciendo: «La música es arte, y el arte es una cosa importante e inusual. Las cosas importantes e inusuales tienen valor, y por tanto se debería pagar por ellas. En mi opinión la música no debería ser gratuita». Sin embargo el futuro arrasa con todo y Swift volvió a poner toda su música gratis en Spotify el mismo día Katy Perry publicaba nuevo álbum en la plataforma. Es más sencillo navegar con la corriente.






viernes, 14 de enero de 2022

Anecdotario Musical.

El pianista y compositor alemán Moritz Moszkowski era famoso por sus palabras de aliento hacia los pianistas. Una vez dijo: ‘’Es una suerte que existan los profesores de piano. De otro modo los pianistas podrían llegar a tocar demasiado bien.’’

.- El compositor Anton Rubinstein, a quien no debemos confundir con Arthur Rubinstein, era un excelente pianista. En una ocasión decidió dar un concierto acompañando al gran violinista Leopold Auer. Durante los ensayos, Auer le dijo a Rubinstein: ‘’Por favor, no toques tan fuerte, que no me oigo’’. Rubinstein le contestó: ‘’No sabes la suerte que tienes’’.

.- He aquí una anécdota que quizá solo sea un chiste. En una ocasión se encontraban juntos Karajan, Karl Böehm y Willhem Fürtwangler. Este último dijo: ‘’Pues sí, amigos míos, creo que soy el mejor director del mundo.’’. ‘’Perdón. –repuso Böehm- El otro día tuve un sueño. Dios me apuntó con su dedo y me dijo que yo era el mejor director de todos los tiempos.’’. Entonces Karajan intervino: ‘’Un momento Karl, yo nunca te he dicho eso’’.


.- Harvey Sachs, en su obra ‘’Toscanini’’ nos relata la siguiente anécdota. Con ocasión de una primera representación en el Teatro Communale de Sigfrido, a cargo de Toscanini, uno de los cantantes, que actuaba por primera vez en ese teatro, se dirigió, atemorizado al director un momento antes de levantarse el telón. ‘’Buenas noches, Maestro, ¿cómo cree que saldrá todo?’’. ‘’Bueno –dijo Toscanini- realmente no lo sé. Hay demasiados animales en esta ópera. Los pájaros, el dragón, el oso, y … también está usted.’’ Rápidamente el maestro se dirigió hacia la orquesta.

.- Sir Rudolf Bing, que fue director del Metropolitan Opera de Nueva York, quedó asombrado al ver la enorme cantidad de dinero que solicitaba María Callas por cantar allí. ‘’Ni siquiera el presidente de los Estados Unidos gana tanto en un año’’. La Callas le dijo: ‘’Bueno, pídale a él que cante’’.

.- Madamme Patti, fantástica cantante y maestra en el arte de obtener que un representante le consiguiera la mayor cantidad de dinero posible por una actuación. La señora Patti tenía un loro que le acompañaba en todos sus viajes a América. Su segundo esposo, Nicolini, cuenta que él enseñó al animalito a gritar ‘’’¡Dinero, dinero!’’, cada vez que aparecía un empresario.


.- El Festival de Viena encargó en 1950 una obra a Stravinsky. Cuando los responsables del festival recibieron la partitura, con una duración de sólo quince minutos, se sintieron un tanto insatisfechos. Stravinsky les dijo ‘’Pues cuando termine, repítanla’’.

.- He aquí una anécdota del director Otto Klemperer que quizá nunca ocurrió. El famoso director se encontraba grabando para la compañía Vox e iba un día acompañado de su amigo, el director George Mendelssohn, descendiente del compositor Félix Mendelsshon. Klemperer se quejaba de que no encontraba discos de sus interpretaciones. ‘’Voy a llevarte –dijo Mendelsshon- a la tienda de discos más grande que puedas imaginar.

Cuando entraron en el establecimiento Klemperer pidió a la dependienta un disco de la Quinta de Beethoven, dirigida por Otto Klemperer. ‘’Lo siento –dijo la vendedora- «Tenemos la de Toscanini, la de Bruno Walter, pero la de Klemperer no.’’. ‘’Lo ves –le dijo a su amigo- me pasa lo mismo en todo el mundo.’’ Klemperer se dirigió a la dependienta y le dijo: ‘’Es usted una incompetente. Debería tener grabaciones de Klemperer. Algunas de ellas son maravillosas, y además, Klemperer soy yo mismo.’’ Si hombre, ¿y su amigo quién es, Beethoven?’’. ‘’No, ignorante –le contestó Klemperer- ¿no ve que es Mendelsshon? .’’


.- Como cada Navidad, Giacomo Puccini enviaba un pastel a cada uno de sus amigos. Un año había discutido con Toscanini justo antes de Navidad y decidió no regalarle el pastel. Pero llegó tarde y el envío ya se había realizado. Al día siguiente, Toscanini recibió un telegrama de Puccini que decía: ‘’Pastel enviado por error. Stop’’. Acto seguido Toscanini envió otro telegrama a Puccini: «Pastel comido por error.  Stop»

Espero hayan disfrutado, éxitos!