viernes, 16 de marzo de 2018

La Espiral del Valor II


LOS CICLOS DE INTERACCIÓN
Pero hay dos elementos que se dan por sentado en la elección de nuestro público particular que, de no comprenderlos, generarán frustración al hacer el balance de esfuerzo y resultados. Por un lado tenemos la densidad de población. Esta se divide en densidad absoluta (el total de individuos en todos los sectores de un territorio) y densidad relativa (el promedio de individuos en un sector de ese territorio). Por otro lado tenemos los ciclos de interacción, que no son más que la frecuencia con la que interactuamos con el público y que está determinada por la densidad relativa. Si llevamos estos conceptos al plano físico del público de rock, es fácil observar que este gusto musical tiene más seguidores en las áreas urbanas que en las áreas rurales pues en las primeras hay más fanáticos por kilómetro cuadrado que en las segundas. De aquí se desprende que, mientras más grandes las ciudades donde nos asentemos, mayor es la posibilidad, y la obligación, de dar conciertos. Pero si nos empeñamos en dar un concierto mensual en un área donde sólo hay 10 seguidores de un total de 1000 habitantes de seguro tendremos un año de muchas fiestas, pero no un crecimiento real de nuestro público. En este caso una frecuencia baja (dos conciertos al año) pero muy intensa (conciertos espectaculares) nos darán mayores resultados.
Lo mismo sucede en internet, pero en este espacio la densidad relativa la creamos nosotros mismos en nuestros medios, produciendo contenido que estimule a nuestro público particular a suscribirse a nuestras redes y a que corra la voz. Aquí los ciclos de interacción son más cortos que en el espacio físico pero no son iguales para todas las plataformas. Publicar un video diario en Youtube es tan inútil como publicar un tuit una vez al mes. La vida útil, y la finalidad, de las publicaciones en estas redes es totalmente inversa. Mientras en Youtube dejamos un testimonio, una obra o un evento que debe perdurar, en Twitter dejamos una información pasajera que invita a ser testigo de lo que hemos hecho, de lo que vamos a hacer, o de algo simpático que queremos compartir. Finalicemos entonces aclarando estos rangos en la vida útil de nuestras publicaciones en cada medio, para qué nos sirven y cómo es su ciclo:
Plataformas para exhibir obras terminadas por largo tiempo:
-          Página web: esta es tu vitrina principal, tu oficina de ventas, tu sitio, por lo que se supone que siempre debe estar actualizada con todo lo relevante que has hecho y lo que vas a hacer. Su ciclo de interacción depende de la cantidad de actividades oficiales que tengas. Si en un año tienes el lanzamiento de dos sencillos, un larga duración, un video y una gira nacional, mantener actualizada la página con todos estos eventos te obliga a tener un ciclo con una frecuencia alta. Si tienes un año sabático la frecuencia será baja.
-          Bandcamp: es la discotienda de la red por antonomasia y te permite colocar tu música para libre descarga. Además, para muchos blogueros, es la fuente principal para el hallazgo de nuevos talentos. Su ciclo es bajo, normalmente de dos sencillos o un álbum anual.
-          Youtube: es la plataforma que puede contener tus videos oficiales sin gastos de alojamiento. Su ciclo de publicación es bajo, pero tiene una sección de comentarios donde la interacción con el público puede ser alta.
-          Blog: es la cara amable de la página web. Aquí puedes extenderte publicando desde tus influencias y recetas de cocina, hasta diarios de gira, el "cómo se hizo" o fotos no oficiales. Su ciclo de interacción es regular, con una publicación semanal como promedio.
Plataformas para exhibir obras por tiempo limitado:
-          Soundcloud & Reverbnation: pueden alojar música para streaming y descarga pero su capacidad está limitada en las versiones gratuitas. En Reverbnation puedes insertar tus videos de Youtube. Tiene un ciclo de interacción lento que depende de los sencillos que quieras destacar en un año.
Plataformas informativas de corta duración:
-          Facebook: permite el contacto directo con el público, subir fotos, subir videos e insertar enlaces de audio y video. Sus características permiten hacer publicaciones con mucho texto, aunque no es recomendable (fotos y videos son su fuerte). Su fin último es que el usuario comparta la publicación y redirigirlo a tu Página Web, blog, canal de Youtube o página de Bandcamp. La visibilidad de una publicación oscila entre uno y cinco días. Aunque es el medio más popular, lo que publicas llega a menos del 5% de tus contactos. Su ciclo oscila entre 2 y 5 publicaciones semanales.
-          Instagram: permite conectar con el público, sube fotos y videos cortos. La vida útil de sus publicaciones oscila entre uno y tres días, dependiendo de la cantidad de interacciones que genere tu cuenta (mayor calidad, mayor interés, mayor visibilidad). Es un trampolín para redirigir al público a tus páginas oficiales de larga exposición. Una publicación diaria cumple con su ciclo de interacción.
-          Twitter: permite la comunicación directa, publicar textos reducidos, fotos y videos cortos. Su vida promedio es de 5 minutos, aunque para las cuentas con gran tráfico pueden llegar hasta las 5 horas. Es una herramienta puramente informativa y recreativa cuya mayor utilidad, al igual que Facebook, es redirigir al usuario a tus sitios oficiales y que comparta la publicación. Sin embargo, exige mucha creatividad mantener la frescura que requieren sus publicaciones, cuyo promedio es de tres diarias.

PT III- LA ESPIRAL DEL VALOR EN LA PROMOCIÓN MUSICAL
Con lo anterior podemos decir que conocemos a primera vista el territorio donde desarrollaremos lo que hemos llamado la espiral del valor en la promoción musical. Este es un proceso largo que comienza con la toma de dos decisiones fundamentales.
LA ELECCIÓN 1: La primera de ellas se da cuando decidimos ser músicos. Pero, aunque suele ser una inclinación muy clara que a veces raya en la posesión demoniaca, lo que nunca tomamos en cuenta hasta muy tarde es hasta donde llegaremos haciendo música. Para tener la certeza de cuál es nuestro compromiso en cualquier área debemos hacernos las preguntas correctas y responderlas sinceramente. En este caso ¿Por qué quiero ser músico? ¿Para qué quiero serlo? ¿Estoy dispuesto a arriesgar mi estabilidad económica por la música? ¿Estoy dispuesto a sacrificar horas de sueño y entretenimiento? ¿Estoy dispuesto a quitarles tiempo a mi familia y a mis amigos? ¿Puedo retribuir ese tiempo robado con calidad? ¿Estoy dispuesto a invertir continuamente dinero sin garantías de retorno? ¿Soy capaz de asumir los interminables compromisos legales que acarrea el "éxito"? ¿Estoy dispuesto a perder parte de mi vida privada en aras del "éxito"? ¿Puedo soportar las presiones de la profesión sin usar vías de escape como el alcohol, drogas o asumir una mala actitud? Cuanto más lejos llegues el compromiso es mayor ¿hasta dónde puedes llegar? Al contestar estas preguntas con la más transparente sinceridad y decidir qué clase de compromiso asumes te ahorras años de frustración. Ser músico de fin de semana es muy divertido. Ser músico de sesión es divertido y genera ingresos, pero requiere estudios constantes y flexibilidad para tocar cualquier estilo. Más allá de eso ser músico puede ser un dolor de bolas… y algunas veces tiene sus recompensas. Tú eliges.
LA ELECCIÓN 2: Sea cual fuere la primera elección, esa determinará la segunda. ¿A quién va dirigida tu música? Para ello debes definir su edad, género, dónde viven, aficiones, poder adquisitivo, lugares de reunión, gustos musicales, idioma, jerga. Todo esto te dará una idea de cómo comunicar lo que quieres decir a tu público.
LA CREACIÓN DE VALOR
Con estas municiones en la alforja y con el terreno reconocido podemos comenzar el proceso de creación de valor. Es de notar que, aunque aquí lo separamos en línea recta, lo que sigue es un trabajo donde todas las actividades se superponen y el camino al manicomio se hace más expedito.
ESCRIBIR BUENAS CANCIONES: hay una diferencia abismal entre "lo que me gusta" y "lo que es bueno", pero generalmente asociamos lo primero con lo segundo. A pesar de eso, hay consenso en cuanto a las características de una buena canción: 1- Son rítmicamente atractivas (te hacen "mover el pie"). 2- Tienen ganchos melódicos (son cantables, tienen partes que se pegan a tu memoria fácilmente). 3- Tienen letras que conectan emocional e intelectualmente con el auditor (parten de la sinceridad, de la experiencia personal pero puestas en un plano abstracto, desde donde cualquiera que las escuche pueda hacerlas suyas).
CREAR LA MARCA: aquí defines lo que ofreces, qué es lo que te diferencia de otros en tu mismo estilo, cuál es la historia que quieres contar. Para ello debes definir además una imagen, una estética, tanto personal como grupal, que identifique el imaginario del que hablan tus canciones. Tu logotipo es esencial en este aspecto. Conectada con la imagen está la teatralidad que desarrolles en vivo, tu puesta en escena, tu manejo del público. Y por último, pero no menos importante, está el nivel técnico tanto musical como lírico, que requieren ser adecuados al estilo que has elegido.
PLANIFICACIÓN Y FINANCIAMIENTO: estas dos te aseguran la continuidad. La Planificación establece los objetivos a lograr en periodos determinados; para ello se crean planes de trabajo divididos en:
1-     Planes a corto plazo: 1 año dividido en objetivos trimestrales, subdividido en objetivos mensuales, subdivididos en objetivos semanales.
2-     Planes a mediano plazo: 2 a 5 años subdivididos en objetivos anuales.
3-     Planes a largo plazo: de 5 a 10 años.
Debes tener en cuenta que la planificación no es una camisa de fuerza y que requiere flexibilidad, pero esto no significa postergar objetivos sino reordenarlos de acuerdo a las oportunidades que se presenten.
El financiamiento es fundamental y se establece al tener claras las siguientes preguntas: ¿Aporta uno solo? ¿Aportan todos? ¿Qué monto? ¿Con qué frecuencia? ¿Con qué objetivo? ¿Los ingresos se reparten o se reinvierten? ¿En qué porcentajes?
LA CREACIÓN DE LOS OBJETOS DE CULTO: el rock y el jazz, a diferencia de otros tipos de música, inspiran en sus seguidores un gran sentido de apropiación que se nota claramente en el coleccionismo. Estos son los "objetos de culto", y van desde las canciones mismas, pasando por las presentaciones en vivo, hasta las más diversas mercaderías. Los mejores objetos de culto son los que dan la impresión de únicos e irrepetibles, y para lograrlos sólo hay una fórmula: hacerlos únicos e irrepetibles.
1-     Los registros: grabación de música y videos.
2-     La materialización de los registros: es la publicación de las grabaciones que incluye: los formatos digitales, CD, DVD, LP y Cassette.
3-     Espectáculos: es la presentación en vivo en sí.
4-     Mercancía: franelas, chapas, parches, licores, llaveros y un largo etcétera.
LA ENTREGA DE VALOR
Llegados a este punto, con todo el valor creado, pasamos a la etapa de entregarlo. Este tampoco es un proceso lineal sino una superposición continua de actividades que nos permite estar siempre presentes en la imaginación de nuestros seguidores.
PUBLICAR: los usos comunes de la industria musical hasta comienzos de siglo dejaron su huella en una serie de mitos que afectan el desempeño de los artistas noveles e independientes. El primero es el mito del álbum, por el que asumimos que no podemos salir al ruedo sin publicar un disco de doce canciones. Esta falsedad ni siquiera es practicada por los artistas de grandes sellos disqueros. El proceso normal es: tema promocional – tema promocional – EP / tema promocional – tema promocional – Álbum.
El segundo mito es el de la piratería, que nos ha llevado a pensar que los discos publicados en compactos CD-R no son originales y son de baja calidad. Semejante barbaridad tiene mucha tela que cortar, pero aquí aclararemos dos cosas: 1- un disco es original cuando lo edita su autor o el propietario de los derechos; 2- la información de un CD es digital, ceros y unos, y esto no se degrada, lo que cambia es el proceso de vaciado de  información dentro del CD, además de que los estándares para la fabricación de CDs para duplicar es alta. Por lo que la elección entre editar CDs duplicados o replicados depende de la cantidad que se necesite para distribuir.
Dicho esto pasemos a revisar por orden jerárquico la publicación y exhibición de nuestros objetos de culto:
1.a – Temas en digital: para streaming y/o libre descarga
1.b – Videos: los videos oficiales son el complemente obligado de los temas promocionales. Puede que en un comienzo no tengamos el presupuesto para producir un video que apoye el tema, pero un uso común y muy efectivo es colocar en nuestro canal de Youtube el tema promocional con un par de buenas fotos como fondo.
2 – Conciertos y fotos: los conciertos son el sitio de contacto más directo con tu público, es la misa de tu iglesia. Aquí es donde pruebas que eres la música que haces. Las fotos son tan importantes como tus canciones, y a veces más. Las fotos son las que atraen mayor tráfico a tus redes.
3 – Edición en físico de la música: los soportes físicos (CD, LP, Cassette) son el resultado a donde apunta todo el trabajo. Por eso la presentación de estas publicaciones debe ser esmerada, tener elementos que las hagan coleccionables. Las discotiendas y los distribuidores independientes siguen siendo buenas opciones para la entrega de este y otros materiales, pero mientras más directa sea tu relación con tu comprador mejor. Y es que ¿a quién no le gustaría comprar lo último de su artista favorito y recibirlo de manos de este?
4 – Mercancía: todo lo que lleve tu nombre y provoque lucirlo tiene un triple beneficio: complace a tu seguidor, exhibe tu marca ante seguidores potenciales, genera ingresos extras que, en ocasiones, superan la venta de música.
5 – Videos en físico (DVD): no son lo más comerciable pero, cuando has logrado capturar un gran concierto o has publicado un número importante de videos oficiales, vale la pena intentarlo en ediciones de cantidades modestas.
PROMOCIONAR: Teniendo claro qué productos vamos a ofrecer durante un periodo determinado nos podemos dedicar a su promoción y difusión. Para ello utilizamos dos bloques de herramientas:
-          Las que dependen de nosotros: son los medios a través de los que nos comunicamos con el público y la prensa; su rendimiento está sujeto a la habilidad con que los usemos. Incluyen: correo electrónico oficial, página web, blog, página de Facebook, cuenta personal de Facebook, Twitter oficial, Twitter personal, Instagram oficial, Instagram personal, canal de Youtube y volantes físicos y virtuales.
-          Las que dependen del interés de otros: afinar el buen uso de estas herramientas depende de la habilidad que demostremos con el bloque anterior. Incluye todo lo que comúnmente se conoce como "medios", donde encontramos blogs, E-zines, Fanzines, radio en la red, radio tradicional, TV. Aquí también incluimos los conciertos como herramienta de difusión pues ese momento en la tarima es la oportunidad perfecta para recordarle a tu público que tienes un material a la venta y que puede adquirirlo en ese preciso lugar.
CAPITALIZAR Y REINVERTIR LOS RESULTADOS: durante todo el tiempo que dure nuestra carrera debemos estar atentos a sacar el mayor provecho de los logros, identificar los errores para no repetirlos y utilizar los buenos resultados como soporte de los nuevos proyectos. Esto es especialmente importante al terminar el ciclo de un lanzamiento (una canción tiene una vida activa de entre tres a seis meses; un EP de un año, y un álbum entre uno y tres años); el análisis de cuánto ha funcionado nos da una idea de qué recursos repetir, qué evitar y cómo mejorar el desempeño de un nuevo lanzamiento.
EPÍLOGO
Hasta aquí todo cuanto nos parece oportuno en cuanto a la creación y entrega de valor en la promoción musical. Sólo nos queda un punto, y es por qué lo denominamos espiral. Muy simple, estos procesos de promoción no son círculos cerrados porque lo que en el fondo vamos a promocionar es la marca que hemos creado, no un sencillo, un álbum o un concierto en particular. Al terminar con la promoción de un producto comenzamos de nuevo aprovechando lo andado, lejos del comienzo pero alrededor de este como base del presente.



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